En su web, Marta Puig de la Bellacasa, la paisajista que está volcando todo su buen hacer en el proyecto, dice que “todo vibio es un jardín”.
Y los jardines pueden convertirse en agentes para el fomento de la biodiversidad. La diversidad biológica abarca todo un ciclo de vida interconectado, incluyendo los seres vivos, las plantas, los árboles, el suelo, el aire y otros elementos naturales. Es un sistema del que formamos parte y que está sustentado por todo tipo de interacciones.
Marta ve los jardines como un espacio clave para regenerar esta diversidad. Al crearlos y cuidarlos, podemos fomentar la vida en el suelo, las plantas, los árboles y los microorganismos, ayudando a restaurar el equilibrio natural del ecosistema. El paisajismo de vibio tiene todo esto en cuenta para crear un espacio que no sólo minimice su impacto medioambiente, sino que pueda aportar al ecosistema del área.
Los muchos peligros a los que se enfrentan los ecosistemas
En la actualidad, la biodiversidad está en peligro. Uno de los principales elementos que la sustentan, el suelo, está siendo degradado, sobre todo a través de prácticas agrícolas intensivas, de su compactación y de la erosión. Un suelo saludable es clave a la hora de mantener el equilibrio ecológico, ya que alberga microorganismos que ayudan en la descomposición y el reciclaje de nutrientes. Uno de los objetivos primordiales del proyecto de paisajismo de vibio es conservar la buena salud de ese suelo.
Tradicionalmente, los procesos de construcción compactan los suelos sobre los que se levantan los edificios, afectando también al terreno colindante. Para evitarlo, Marta propone el uso de técnicas de protección del suelo durante la construcción, la creación de zonas de refugio, así como el descompactado después de las obras. Son acciones que permiten que el oxígeno y el agua permeen el suelo y que las plantas puedan desarrollarse correctamente. Como veis, no basta con descarbonizar los procesos de construcción; también hay que tener en cuenta las complejidades del entorno.
Así, el jardín de vibio.land, que abarcará las cinco hectáreas de terreno sobre las que se sitúa el proyecto y en el que plantaremos unos 400 nuevos árboles, estará formado por plantas autóctonas (encina, arbustos, árboles frutales y un largo y variado etcétera) que se entremezclarán con la fauna y flora de la zona, fomentando de esta manera la biodiversidad. Además, conservaremos o trasladaremos los árboles que ya están en la parcela.
La mayor o menor frondosidad y densidad de la vegetación determinará un mayor o menor grado de privacidad: a medida que nos acerquemos a las viviendas, la disposición de la vegetación conformará espacios más privados.
Para saber más sobre el jardín de vibio.land, os dejamos con la charla que Marta impartió en la I Jornada de Economía Regenerativa, celebrada en Higuera de las Dueñas.
