Sí, el silencio. Ese que es tan difícil de encontrar en las grandes ciudades, pero que de repente aparece en los pequeños pueblos.
En vibio, hemos encontrado ese silencio, en un rincón del Valle del Tiétar, a poco más de una hora del bullicio de Madrid.
En vibio, estamos construyendo un proyecto que equilibra lo público y lo privado.
El espacio público tiene su propio ritmo: niños en bicicleta, adultos paseando a sus mascotas, o el sonido de un paquete recién llegado. Estos son los sonidos que conforman la vida en comunidad.
Por otro lado, está tu espacio privado, tu hogar. Un lugar donde el silencio es sagrado y puedes disfrutar de la paz que necesitas. Pero, ¿cómo logramos que ese silencio sea real?
Hemos diseñado las viviendas con vidrios de triple capa, capaces de bloquear incluso el ruido más fuerte del exterior. Están acompañados de carpinterías de alta gama que garantizan que el sonido no deseado no atraviese.
Cuando abres la ventana, no solo entra el sonido exterior, sino también el frescor del arroyo, el aroma del huerto, y la voz de tu vecina llamando a los niños.
A esto, en vibio, lo llamamos matizar el silencio. Te invitamos a descubrirlo.
